Aunque es habitual que antes del comienzo de las vacaciones de verano muchas personas comiencen la denominada como operación bikini, lo más común es que durante el tiempo que nuestro periodo de descanso dura en realidad tendamos a subir de peso.

Los motivos que lo causan son más que evidentes: si anteriormente practicábamos ejercicio físico con normalidad, con la llegada de las vacaciones solemos perder este hábito; si también seguíamos una dieta algo más equilibrada, durante las vacaciones –sobretodo si las pasamos fuera de casa y vamos mucho a la playa o a la piscina- es más normal comer otro tipo de productos y alimentos (siendo común el consumo de más aperitivos y snacks salados, como es el caso de las patatas fritas).

El resultado final de nuestras vacaciones, además de sentirnos descansados/as y relajados/as, es un aumento de peso que luego, al darnos cuenta, queremos bajar como sea.

Si te encuentras en esta situación probablemente te serán útiles los consejos para perder peso que te proponemos a continuación:

  • Seguir una dieta equilibrada, sana y saludable: sigue una dieta equilibrada y lo más variada posible. Es fundamental que se base sobretodo en el consumo de hortalizas, verduras y frutas frescas, pescados, carnes magras, legumbres y cereales integrales. Tampoco te olvides del consumo diario de al menos 1,5 litros de agua (en torno a los 8 vasos), que puedes combinar con infusiones y tés adelgazantes.

  • ¿Te gustan las infusiones y los tés?: si es así, como te indicábamos en el apartado anterior, puedes optar por tés con virtudes adelgazantes, como es el caso del té verde o el té rojo. En el caso de las infusiones elaboradas con plantas y hierbas, las mejores son el diente de león y la alcachofera.

  • Practica ejercicio físico de manera regular: a estas alturas seguramente sabrás por experiencia que, lo mejor no solo para disfrutar de una buena salud sino para perder peso es la práctica de ejercicio físico de forma regular. ¿Lo mejor? Trata de practicarlo 3 veces por semana durante un mínimo de 30 minutos, tratando luego de aumentar hasta llegar a los 40 o 60 minutos.

  • Evita o reduce el estrés postvacacional: se convierte en uno de los principales enemigos y uno de los más temidos tras la vuelta de las vacaciones. Aunque puede no influir, sí es cierto que este tipo de estrés puede llevarnos a deprimirnos durante algunos días y nos lleva a comer más y mal. Una buena opción, antes de que llegue el final de las vacaciones, es tratar de pensar que el regreso a casa supone una oportunidad para disfrutar nuevamente de tu día a día. Eso sí, recuerda que lo mejor es evitar las vacaciones muy largas porque a la vuelta será muchísimo peor.

Visto en www.natursan.net

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