1.- Evitar el consumo de tabaco: al dejar de fumar, el aumento en el riesgo del cáncer inducido por fumar desaparece. La ventaja es evidente en el plazo de 5 años y es más marcado con el paso del tiempo.
2.- Dieta saludable y evitar la obesidad: Es conveniente consumir diariamente verduras y frutas, limitar el consumo de alimentos que contienen grasa de origen animal, limitar los alimentos hipercalóricos y las bebidas azucaradas y de alimentos con mucha sal.
3.- Realizar ejercicio físico diariamente: Muchos estudios constatan que la actividad física regular está asociada con una reducción en el riesgo del cáncer de colon.
4.- Moderar el consumo de alcohol: Existen evidencias de que el consumo de alcohol aumenta el riesgo del carcinoma de células escamosas del esófago y de que el riesgo del cáncer de esófago se reduce un 60 % a los 10 años o más después de dejar de beber.
5.- Cribado y vacunación: Existe evidencia de que el cribado del cáncer colorrectal en población de riesgo medio, con prueba de sangre oculta en heces anual o bienal o colonoscopia cada 10 años, disminuye la incidencia y la mortalidad por esta neoplasia.
Por otro lado, dado que la infección crónica por el virus de la hepatitis B (VHB) explica la mayoría de los cánceres hepáticos y que existe una vacuna eficaz frente al virus de la hepatitis B sería recomendable realizar una vacunación universal.
Fuente: EFEsalud.