Hay estudios que demuestran que el amor influye en la salud de nuestro corazón, reduce riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares y contribuye a alargar la esperanza de vida.
Nuestras relaciones afectivas con amigos, familia o pareja mejoran nuestra presión arterial ayudando la reducción de ansiedad, depresión y estrés. Además, estas relaciones mejoran nuestras respuestas a tratamientos por cáncer, diabetes y cardiopáticas, demostrando que los pacientes con grandes relaciones afectivas responden hasta cuatro veces mejor a la recuperación a la enfermedad de la que estén siendo tratados.
Nuestro cerebro segrega hormonas (oxitocina, dopamina o adrenalina) a lo largo de nuestras fases de enamoramiento, grandes protectoras de nuestro sistema cardiovascular. lo que indica la importancia del amor en nuestra salud.
Si analizamos lo que hasta ahora comentamos entenderemos que toda aquella perdona con problemas sentimentales tienen menor defensa cardiaca, según un estudio que se hizo entre mujeres de 30 a 65 años. Por cierto, dicho estudio demostró que los conflictos matrimoniales favorecen las complicaciones cardiacas.