1. Mantenerse bien hidratado, fundamental. Para ello, la bebida de preferencia será el agua. El exceso de calor y sudoración propios del verano hacen más fácil sufrir deshidratación, lo que es particularmente peligroso en el caso de los niños y los ancianos.
2. Verduras y hortalizas, dos veces al día. En verano apetecen más los alimentos frescos y en nuestra gastronomía hay valiosos platos como los gazpachos, salmorejos, pisto o ensaladas, que combinan varias hortalizas y verduras. Es importante dar prioridad a estos alimentos que nos aportan agua, fibra, hidratos de carbono, vitaminas, minerales y antioxidantes.
3. La fruta, imprescindible. Al menos tres piezas de fruta cada día. También la fruta nos ayuda a hidratarnos (contiene un elevado porcentaje de agua) y también a mantener las defensas antioxidantes de nuestro organismo. Nos aportan también vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, como la vitamina C, los polifenoles y los carotenos. Un buen zumo natural, mejor con toda la pulpa y la fibra de la fruta, puede completar esta ingesta.
4. Recetas, ¡a todo color! Alimentos vegetales de color rojo, amarillo o naranja, ricos en betacarotenos y otros antioxidantes. No nos olvidemos de las zanahorias, calabaza, pimiento rojo, melón… y espinacas y berros (verdes por su alto contenido en clorofila, pero también por su contenido en carotenos). Es importante: ¡dale mucho color a tu dieta! Y para aliñar… no lo dudes: usa aceite de oliva virgen extra.
5. Pan y cereales integrales: Mejor optar por pan integral para tus bocadillos y sándwiches ‘playeros’. Aporta más fibra, más vitaminas y minerales que el pan blanco. Igualmente, opta por las versiones integrales de cereales, pasta, arroz, etc.
6. No te olvides las legumbres: Las legumbres son un alimento altamente recomendable, por su alto valor nutritivo y su contenido en fibra. En verano apetecen más en forma de ensalada. Se recomienda consumirlas al menos dos veces por semana.
7. El pescado es un alimento fundamental en la dieta. En verano tienes que aprovecharte de los pescados azules tradicionales: el bonito, la sardina, el boquerón… que son fuente de ácidos grasos Omega 3 y que conviene consumir al menos dos veces por semana. Los pescados son ricos en proteínas, fósforo y yodo.
8. Los helados siempre apetecen con el verano y el calor. Pueden ser una buena fuente de calcio cuando son cremosos. Eso sí: vigila que no sustituyan a la fruta de postre y tómalos en cantidades moderadas.